Porque son durables, resistentes al calor o al frío y también son versátiles. Así bajas la frecuencia de uso de materiales desechables.
Si bien el silicón no es un material biodegradable, sí contribuye al cuidado del medio ambiente. Algunas de sus ventajas son las siguientes:
Para empezar, está hecho con silicio, un material presente en nuestro organismo, lo cual lo hace de baja toxicidad versus el plástico provienente del petróleo.
No se descompone en microplásticos que vayan a dar al mar.
Es hipoalergénico, por lo cual son aptas para el manejo de alimentos.
Es resistente a diversas temperaturas, por lo que no se deforma. Aguanta el calor ambiental y es resistente al frío, por lo que se puede usar en el refrigerador, el congelador o a temperatura ambiental y hacer que su vida útil sea muy larga.
Es repelente al agua.
No es un conductor de electricidad; lo que hace su uso más seguro.
Es higiénico porque es un material no poroso, así que impide la proliferación de bacterias y otros microorganismos.
Es fácil de limpiar; de hecho, por su resistencia a diferentes temperaturas se puede exponer al sol para ayudar a desmanchar, al agua caliente o incluso colocar en el lavavajillas.
Se estira, por lo que puede adaptarse un poco a las superficies y también no es tan fácil de romper.
¿Cómo sé que mis tapas están hechas de silicón y no de plástico? Olor y color
El silicón no desprender olor a plástico y cuando se estira puede dejar ver una parte blanca en la superficie. Son pistas para saber que te encuentras ante un material adecuado para usar como alternativa al plástico.
De todas formas, recuerda hacer un buen uso de este material para evitar residuos innecesarios. ¡Reconecta con la naturaleza!